lunes, 24 de octubre de 2016

CUENTOS EN BOLSAS

Esta semana toca taller de escritura creativa. El alumnado se reparte en grupos de 4. A cada grupo se le entrega una bolsa (como las de la foto). Dentro de cada una hay diferentes objetos: figuras de animales, comida de juguete, material escolar, dados, pelotas, tenedor, lupa...

Cada vez que suena el timbre (de la foto), deben sacar un objeto de la bolsa (sin mirar). Con el primer objeto que saquen, deben iniciar un cuento. 
Al escuchar el timbre, el siguiente compañero continúa el cuento con el siguiente objeto que saque de la bolsa... y así, hasta haber sacado todos los objetos. Finalmente, cada grupo lee sus cuentos.

A continuación, les muestro algunos resultados del alumnado de 4º:

PALABRAS: pelota, pirata, zanahorias, paella y dinosaurio.
Paula, Héctor, Julieta y Rubén, de 4ºA, escribieron:

"Había una vez una pelota de tenis que iba a jugar en los campeonatos olímpicos. ¡Era naranja y la campeona!
Un pirata bailarín, llamado Totaina, era el rey que poseía la pelota campeona. Era la pelota legendaria que había encontrado en un cofre perdido en la isla Palamata.
Al pirata Tontaina le encantaban las zanahorias, sobre todo, los pasteles de zanahorias. Un día jugó al bingo de la suerte y le tocó el número premiado. ¡Qué felicidad le dio! Se compró tantas zahahorias que la casa le explotó.
Fue a casa de sus padres y, para su sorpresa, iban a comer paella, su comida favorita.
Después de cenar fueron al cine a ver "Dinosaurios", su película favorita. Le gustó tanto la película que dio un grito en mitad del cine y todos pensaron que era un simulacro.¡¡¡Aaaaaahhhhhh!!!
El cine se puso patas arriba y el pirata Tontaina se fue a dormir a casa de sus padres con la pelota campeona.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado."


PALABRAS: pasaporte, ojos, detergente, plátanos, silbato, billete de 50€.

Aimar, Shaila y Daida, de 4ºB, escribieron:

"Había una vez un pasaporte que estaba harto de que lo usaran para viajar. Siempre había gente que miraba al pasaporte con unos ojos tremendamente malignos. Esos ojos valían más que el detergente de marca blanca de limpieza. Esos 2€ malgastados por esa marca de limpieza que recogía los plátanos más resbaladizos del suelo. Y aquel señor que miraba el pasaporte con los ojos malignos tenía un silbato a juego con los plátanos del suelo. Ese hombre llevaba un quimono y unas playeras que valían más de 50€.
Bueno, ser un pasaporte no estaba tan mal después de todo."



1 comentario:

  1. Qué tarea más divertida y qué niños más talentosos! Qué gran asignatura y mejor maestra!! Enorabuena a los niños porque son cuentos geniales y a disfrutar del aprendizaje de las emociones!!!

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