jueves, 21 de noviembre de 2019

ALGUNOS TRABAJOS DE EMOESCRIBO DEL ALUMNADO DE 5º


En la actividad "Cuentos con dados", el alumnado debía inventar un cuento con cuatro palabras obtenidas al azar de unos dados. Las palabras destacadas son las que debían incluir en la historia. Aquí tienen algunos resultados...

PEPA LA COCINERA


Había una vez una señora llamada Pepa, antes servía a la Interpol pero ahora se dedica a cuidar niños en el comedor del colegio.
Un día recibió una llamada de teléfono... ¡Era de una organización secreta! La estaban llamando porque el general Felipe VI había muerto. Le especificaron que era su padre....

Pepa, con sus antiguas habilidades para la guerra de comida, coge su sombrero y su gabardina, les borra la memoria a los niños y se larga por un tubo secreto.

Una vez más Pepa seguirá las huellas del enemigo y le romperá el corazón por haber matado a su padre.

Escrito por Jorge, de 5ºC



CUENTOS CON DADOS

Había una vez un niño llamado Pepe. Era un niño muy tranquilo. Un día decidió ir a la playa solo. Se llevó un sombrero para cubrirse la cabeza del sol y también se llevó un teléfono por si acaso le pasaba algo.

Pepe iba caminando por la orilla de la playa cuando se encontró unas huellas pequeñas, las siguió, hasta que vio una tortuga. La tortuga estaba malita porque se había comido mucha basura del mar. Él decidió llevar a la tortuga al veterinario. Cuando la observó, tenía basura en el estómago. Se la quitaron con unas pinzas especiales. Al paso de los días, la tortuga mejoró. Pepe y el veterinario la devolvieron al mar.

Pepe, el veterinario y unos voluntarios decidieron ir al mar a recoger la basura. Cuando terminaron, le dieron una pegatina en forma de corazón que decía: ''GRACIAS POR TU AYUDA".

Al final, todos se fueron contentos tras ayudar a la tortuga y dejar limpio el mar.

Escrito por Yerove, 5°C


Cuento con dados
Palabras:corazón, teléfono, onomatopeya, comida.

Había una vez un niño que era muy deportista. Le encantaba
correr y también todos los deportes del mundo. Se llamaba Héctor.

Un día, Héctor estaba sentado en un banco. Cada vez que pasaba
un coche pensaba: -Ojalá pudiera ser tan rápido como esos coches-.
Después, pensó que practicando podría ser tan rápido como Usain Bolt.
Llamó por teléfono a sus padres y les dijo que se iba a pasar toda la
tarde practicando para ser más rápido. Les dijeron que vale y entonces Héctor empezó a practicar. Cuando se acercaba la hora de cenar, Héctor era mucho más rápido que antes. Pasabas al lado de él y sonaba "¡FIUMMM!" Se fue a casa, le latía el corazón a mil. Y… ¿Sabes qué le habían preparado de comida? Una cena deliciosa de pasta.

Así Héctor fue entrenando y se hizo un gran corredor.

Escrito por Héctor, 5ºA

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